JESÚS NAZARENO
La imagen de Jesús Nazareno, totalmente anatomizada, es de madera de cedro, con encarnadura con la técnica del pulimento, y tenemos conocimiento de su existencia a través de los Libros de Fábrica de Santa María de las Virtudes al menos desde 1.636.
La imagen es de autor desconocido, aunque ha sido atribuida tradicionalmente a Francisco de Ocampo. Dicha imagen ha sufrido dos restauraciones conocidas a lo largo de su historia: una a mediados del siglo XVIII y otra a principio de la década de los 80.
La cruz es de madera de pino, revestida de horas de oro y plata con cantoneras de oro labrado. Su existencia conocida data al menos de 1763 donde ya aparece inventariada junto a la corona de plata de Jesús Nazareno y una de las túnicas bordadas a franjas de oro conocida como «la de cola».
El paso del Nazareno es de estilo neoclásico. Su autor, Fernando Escamilla, lo realizó en 1902 para la imágen de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Utrera, que procesionó en él hasta 1917 que fue vendido a la Hermandad de la Oración en el Huerto. En 1970 se vendió a la una Hermandad de Montellano (Sevilla) y estuvo procesionando hasta 1988. En 1998 fue adquirido por nuestra Hermandad.
En su origen estofado y dorado y posteriormente tintado a oscuro a imitación de caba. Fue originariamente iluminado con cuatro hachones rematados a tulipas pasando en 2015 a ser iluminado por cuatro faroles en plata de ley y enriquecido con ángeles querubines.
MARIA SANTISIMA DE LOS DOLORES
La imagen de la Virgen de los Dolores es obra de autor desconocido y tenemos constancia de su existencia a través de los inventarios parroquiales desde el primer tercio del siglo XIX.
Se trata de una imagen de candelero para vestir que ha sufrido tres intervenciones desde 1962, 1998 y 2012 respectivamente.
Durante la Estación de Penitencia la imagen luce tradicionalmente, además de su Corona de Plata Sobredorada de Rojas y su Corazón de Plata con Siete Puñales, un manto y una saya únicos.
Se trata de dos piezas (Traje -Saya y Chaqueta- y Manto) atribuibles en gran medida a las Hermanas Antúnez. Realizadas en el último tercio del siglo XIX fueron adquiridas al taller de bordados de las nombradas por la acaudalada Dña. Antonia Macides de los Ríos y su esposo, muy posiblemente aprovechando que la Hermandad del Patrocinio de Sevilla no había podido hacer frente a los costes de hechura de los mismos.
Artísticamente y dado que no ha sufrido restauración alguna (el traje sí en 1994) estamos ante una de las obras artísticas más importantes del patrimonio histórico y cofrade de nuestra localidad, siendo una pieza única.
Bordado en terciopelo azul cobalto, el manto no presenta cenefas aunque esta bordado a sangre, con unas lineas muy finas que marcan el borde del manto. Sobre su diseño del manto es totalmente simétrico , pero presenta la curiosidad que dicha simetría, se rompe de forma caprichosa en el eje centra . El dibujo esta compuesto básicamente por hojas de carda y cogollos de cardo y en el eje central aparecen granadas. No tiene un bordado tupido, aunque se refresca en su totalidad con caracolillos, espigas, semillas, hojas y florecillas pequeñas. A un así destacan sobremanera los bordados de Querubines bordados en grupos de tres sobre estrellas y destellos.
En la actualidad la Hermandad ha comenzado los contactos con el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico a fin de comenzar con el expediente y proceso de restauración del mismo.
Respecto al paso de palio, éste, atribuible en gran medida también a las citadas hermanas (bambalinas con diseño de Manuel Beltrán) es similar al del Patrocinio (Sevilla). Actualmente está en relativo buen estado de conservacion, habiéndosele añadido juego de guardabrisas de cola oriundos de los Talleres de Orfebrería Paula.