Se cumplen 500 años desde que en 1525 Martín Álvarez de Bohorques y Marina de Párraga y Sotomayor fundaron la Cofradía y Capellanía del Dulce Nombre de Jesús en los albores del nacimiento tanto de nuestra Parroquia como de nuestra Villa.
Por este motivo, desde la Junta de Gobierno se convoca a todos los Hermanos a celebrar tal Efeméride y se ruega su asistencia al Templo Parroquial el Viernes día 3 a las 19:30 horas para asistir a la Eucaristía que se celebrará en su honor.
La Festividad del Dulce Nombre de Jesús, que se celebra cada 3 de enero tiene raíces que se remontan a la tradición cristiana medieval. Aunque el reconocimiento del nombre de Jesús siempre ha sido fundamental en la fe cristiana. Fue en el siglo XVI cuando la Iglesia Católica instituyó oficialmente una festividad en honor a este nombre sagrado que ya desde siglos anteriores se venía conmemorando.
Durante el Concilio de Trento, que se llevó a cabo entre 1545 y 1563, la Iglesia Católica se esforzó por abordar las cuestiones doctrinales y disciplinarias. Fue en este contexto que se discutió la importancia del nombre de Jesús y se propuso la idea de una festividad dedicada a su dulce nombre.
San Bernardino de Siena, un influyente fraile franciscano del siglo XV, desempeñó un papel crucial en la promoción de la devoción al Dulce Nombre de Jesús. Sus sermones elogiando la reverencia hacia este nombre se difundieron rápidamente, generando un renovado interés en la espiritualidad centrada en Jesucristo.
En nuestra localidad fue en el año 1525 cuando Martín Álvarez de Bohorques y su esposa Marina de Sotomayor fundaban la Cofradía y Capellanía con especial devoción al Dulce Nombre. Este hecho es confirmado documentalmente el 23 de mayo de 1854 por D. Francisco Pastor, Párroco y Director Espiritual de la Cofradía con el siguiente escrito:
“23 de mayo de 1854
Sr. Vicario:
“En contestación al oficio qº V.S. se ha servido dirigirme con fecha diez y seis del q rige, debo decidle que la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús, fundada en esta villa, y de la que tengo el honor de ser Director no conserva documentos auténticos de su creación, por las vicisitudes de los tiempos, pero a V.S. le consta que tanto en el archivo parroquial como en el de la escribanía numeraria de esta villa existen documentos q acreditan que fue fundada en el año de mil quinientos veinticinco por D. Martín Álvarez de Bohorques. Es cuanto puedo decidle sobre el particular; y creo debe ser suficiente para el fin que se propone”.
Rdo. P. Francisco Pastor, Párroco y Director de esta Cofradía”
Así, durante los siglos XVII, XVIII y XIX, la devoción al Dulce Nombre de Jesús estará estrechamente unida y vinculada a la de Jesús Nazareno, fundamentalmente porque las Cofradías del Dulce Nombre de Jesús a partir del Sínodo Arzobispal de 1572 en Sevilla abogarán por el culto público al Nacimiento, Pasión y Resurrección del Señor.
Este hecho dará como consecuencia que en nuestra parroquia (en plena fase de construcción y desarrollo) vaya albergando de forma continuada la imagen del Dulce Nombre de Jesús a finales del siglo XVI (1596, Juan Martínez Montañés), Jesús Nazareno (1633 Francisco de Ocampo o Juan Martínez Montañés?) y finalmente Jesús Resucitado (1640-1650, Pedro Roldán?).
Además, la Capellanía fundada a tal fin en 1525 sostenía la liturgia y el mantenimiento de la Cofradía o Fraternidad a Jesús Nazareno hasta principios del siglo XX. Una vez extinguidos los fondos de la misma que habían sido regentados por el Marquesado de San Remí, en 1922 se bifurcaban las devociones existentes dentro de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús quedando para la villa la devoción pública al Dulce Nombre de Jesús el día del Corpus Christi, la madrugada del Jueves Santo para Jesús Nazareno y la Pascua “Florida” para Jesús Resucitado. Este hecho se observa de forma esencial en la heráldica JHS que en la actualidad aún se mantiene en las tres devociones. Así, entre 1922 y 1923 quedaban constituidas las Hermandades de Jesús Nazareno (heredera directa de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús) y posteriormente la de Jesús Resucitado.
La elección del 3 de enero para la festividad del Dulce Nombre de Jesús tiene sus raíces en la tradición bíblica. Según la ley judía, un niño era circuncidado y se le daba un nombre ocho días después de su nacimiento. Así, el 3 de enero conmemora la octava jornada después de la Navidad, marcando el momento en que Jesús recibió formalmente su nombre.
La base bíblica para esta festividad se encuentra en el Evangelio de Lucas (2:21), donde se narra que: «Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, el que le había sido puesto por el Ángel antes de que fuera concebido en el seno.»
A medida que la festividad se estableció en el calendario litúrgico, la devoción al Dulce Nombre de Jesús se expandió rápidamente. La gente común, así como en general toda la Iglesia, abrazaron esta celebración como una oportunidad para reflexionar sobre la importancia del nombre de Jesús en sus vidas y en la historia de la redención.
Hoy en día, la festividad del Dulce Nombre de Jesús sigue siendo conservada en la Iglesia Católica. Aunque la intensidad de la devoción puede variar, la esencia de la celebración sigue siendo la misma: honrar y reflexionar sobre el significado profundo del nombre que lleva consigo la promesa de salvación.
En conclusión, la festividad del Dulce Nombre de Jesús no solo es un evento litúrgico, sino también un recordatorio de la rica historia de la devoción cristiana. Desde sus inicios en el Concilio de Trento hasta la influencia de figuras como San Bernardino de Siena. Esta festividad ha desempeñado un papel significativo en la expresión de la fe cristiana a lo largo de los siglos. Al conmemorar la circuncisión de Jesús y la elección de su nombre, los creyentes encuentran un punto de conexión directa con la encarnación y la promesa de redención, haciendo del Dulce Nombre de Jesús un faro eterno de esperanza en la tradición cristiana.
Muy en especial, para Villamartín, es el resultado de la perseverancia en una devoción muy especial que ha ido atravesando Cinco Siglos de la historia local configurándose como un elemento integrador y de veneración que ha ido mucho más allá de las efemérides ocurridas tras más de 500 años. Sea por ello este hecho motivo de orgullo no sólo para los hermanos y hermanas de esta hermandad sino para toda nuestra población.
Comentarios recientes